Gracias a la biorresonancia conseguimos eliminar los residuos que el tabaco ha ido dejando en el cuerpo del paciente después de años de adicción.
Estos residuos van alterando el cuerpo poco a poco, degradando los procesos bioquímicos y llegando a producir enfermedades, pues acaban desequilibrando el sistema de autorregulación del cuerpo.
La nicotina y el alquitrán son algunos de los productos que, con este terapia, se logran borrar de los tejidos de una manera asombrosamente rápida, que de otro modo no se podría realizar.
Hay que tener muy claro que la biorresonancia no es agresiva ni produce ningún tipo de daño. No es un tipo de radiación ni de electroterapia.
Gracias a la biorresonancia es posible trabajar con las vibraciones del paciente, conectando al paciente a un equipo con dos electrodos de pies o manos, a través de los cuales pasan las vibraciones para llegar al aparato de Biorresonancia donde son amplificadas, filtradas, invertidas y devueltas al paciente.
En los días posteriores a las sesiones es importante beber gran cantidad de agua pobre en minerales, así como aclararse con abundante agua al ducharse ya que a través de la piel también se logra desintoxicar el organismo. Comer alimentos ricos en fibra que eviten el estreñimiento también es aconsejable, pues de esta manera se favorece la desintoxicación a través del intestino.
